Introducción: Un viaje que empezó en 2016
Corría septiembre de 2016 cuando en el Colegio Vicente Aleixandre (dentro del Proyecto Lingüístico de Centro) decidimos dar un paso hacia la digitalización de la gestión de aula y la mejora en la comunicación con las familias. Lo hicimos con una herramienta que, por aquel entonces, empezaba a sonar con fuerza: ClassDojo. Como recuerdo de aquellos inicios, conservamos con cariño
Hoy, casi una década después, queremos reflexionar sobre qué es esta plataforma, por qué genera debate y cómo la hemos adaptado a nuestra propia filosofía pedagógica.
1. Un poco de historia: ¿De dónde sale ClassDojo?
ClassDojo nació en 2011 en San Francisco (EE. UU.) de la mano de Sam Chaudhary y Liam Don. Su objetivo era sencillo pero ambicioso: mejorar la cultura del aula y conectar a profesores, alumnos y familias. Lo que empezó como un simple sistema de "puntos por comportamientos" ha evolucionado hasta convertirse en una red social educativa completa que incluye portafolios digitales, historias de clase y herramientas de "Mindfulness".
2. La utilidad: ¿Por qué engancha a docentes y alumnos?
A nivel de control de conducta, la plataforma es extremadamente eficaz por varias razones:
Inmediatez: El refuerzo (el famoso sonido🔊 "clinc") es instantáneo.
Identidad visual: Los "monstruitos"👻👽🧌👾 personalizables crean un vínculo emocional con los niños más pequeños.
Comunicación con las familias: Permite que los padres vean en tiempo real los logros de sus hijos, rompiendo la barrera casa-escuela.
Dojo Islands y el aprendizaje social: Recientemente, ClassDojo ha dado un salto cualitativo con el lanzamiento de Dojo Islands. Ya no se trata solo de una pantalla con avatares y puntos, sino de un mundo virtual en 3D donde los alumnos pueden interactuar de forma segura.
3. El elefante en la habitación: La crítica conductista
No todo son luces. ClassDojo es, en su esencia, una herramienta conductista basada en el condicionamiento operante (premio/castigo). Muchos pedagogos critican su uso argumentando que:
Extingue la motivación intrínseca: El niño no se porta bien porque sea lo correcto, sino para "ganar el punto".
Exposición pública: Mostrar el ranking de puntos en la pizarra puede generar ansiedad, competitividad insana y el etiquetado de "el niño malo".
Vigilancia constante: Algunos críticos comparan el sistema con un "Panóptico" digital donde el alumno se siente juzgado cada segundo.
4. Nuestra fórmula: Evolucionar para no etiquetar
En nuestro centro, conscientes de estas críticas, no usamos la aplicación de forma "estándar". Tras años de experiencia, hemos depurado un sistema que busca el equilibrio entre la eficacia y la salud emocional del grupo:
Refuerzo Individual y Colectivo: Valoramos el esfuerzo individual (para que cada niño sienta que su trabajo cuenta), pero también premiamos al grupo como un todo cuando se alcanzan objetivos comunes. Esto fomenta la identidad de equipo.
Sanciones solo Colectivas (La clave de la cohesión): Aquí es donde nos distanciamos de la práctica habitual. Tratamos de evitar restar puntos de forma individual públicamente. Consideramos que la sanción pública individual puede ser humillante. Sin embargo, si el grupo no cumple una norma, la consecuencia es colectiva. Esto genera un sentimiento de responsabilidad compartida: "Todos cuidamos de todos". Si fallamos, fallamos como equipo; si ganamos, ganamos todos.
5. Investigaciones sobre ClassDojo
Benzizoune, O. (2024). Enhancing Classroom Management and Student Engagement: The Role of ClassDojo and Gamification in Education. Journal of English Language Teaching and Applied Linguistics, 6(3), 106-114.
Resumen: Este estudio analiza cómo la integración de funciones de gamificación en ClassDojo impacta positivamente en el comportamiento y la autorregulación de alumnos de 6º de Primaria, destacando un aumento en la motivación intrínseca.
Resumen: Una investigación crítica que examina cómo ClassDojo transforma la disciplina escolar en un sistema de métricas y vigilancia, analizando los efectos a largo plazo en la cultura del aula y la percepción del alumnado sobre su propio comportamiento.
- Resumen: Esta investigación experimental demuestra la eficacia de combinar la técnica de "tootling" (fomentar que
los alumnos informen sobre con ductas positivas de sus compañeros) con el sistema de puntos de ClassDojo para reducir conductas disruptivas y mejorar el clima social en Primaria.
Conclusión: La herramienta no hace al maestro
🔨ClassDojo es un martillo: puedes usarlo para construir un mueble o para romper un cristal. En nuestro colegio, tras casi 10 años, hemos aprendido que la clave no está en los puntos, sino en cómo los usamos para crear una cultura de aula positiva. No buscamos "niños amaestrados", sino alumnos que comprendan que sus acciones individuales afectan al bienestar del grupo.
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